Allá por el año de 1960, conocí a un joven cariñoso y apuesto. Yo tenía 22 años y él 26. Mis padres nunca se enteraron de nuestro romance ya que nos comunicábamos a través de las cartas. Mi madre tenía una comadre con la que se llevaban muy bien y a quien siempre visitaba y mi enamorado era amigo de su hija, así que con ella me enviaba las cartas.
Un día, fuimos a un baile de la hermana de la comadre y él estaba allí. Sin despertar sospechas me sacó a bailar y créame Sra. Bexy, fue lo más hermoso escuchar palabras tan bonitas al oído y sentir un apretón de manos, porque ni siquiera podíamos acariciarnos. El no poder vernos hizo que ese amor fuera cada vez más intenso...
Pasaron dos años y fui con mis hermanos a lavar al río. Ahí aproveché un descuido de ellos y dejé la ropa lavada en una tina que recuerdo, era de esas grandes. Mi enamorado estaba escondido esperando el momento oportuno, y cuando llegué a él, salimos corriendo. Más adelante tenía un caballo en el que nos fuimos cabalgando hasta llegar a un lugar donde no nos encontraran.
Todo era hermoso... Tuvimos seis hijos: dos mujeres y cuatro varones. Con el tiempo salimos del campo y nos vinimos a Portoviejo, y fue ahí cuando la tragedia empezó...A los seis meses de llegados, él comenzó a salir con unos amigos a los que encontró en la ciudad. Empezó a tomar; farreaba; llegaba en las madrugadas..., y comenzó a maltratarme, ¡incluso delante de mis hijos! Él tenía un pequeño negocio, y allí conoció a otra persona... Nos descuidó totalmente a mis hijos y a mí. Fue tanto el resentimiento de mis hijos mayores hacia él, que me dijeron:
—Mamá, no queremos que soporte a nuestro papá. Si se buscó a otra persona es porque dejó de amarte a ti y a nosotros que somos sus hijos.
En la actualidad, sé que no fue feliz. A pesar de estar separados, ya no le recuerdo rencor. Lo he perdonado porque sé que pagó todo lo que nos hizo... Sin embargo, no dejo de recordar que al inicio todo fue hermoso.
Mis hijos siempre están pendientes de mí, adoro a mis nietos y tengo una vida tranquila. El pasado ya quedó atrás.Es una realidad que algunos amores inician con la inmensidad del sol, y de repente se enfrían, como si el astro se hubiera apagado. Muchas veces nos dejamos impresionar por los primeros versos, por las primeras miradas, por los primeros «te quiero», pero nunca llegamos a conocer a las personas realmente, ni a nosotros mismos... Muchos factores pueden revelar quienes verdaderamente somos, como sucedió en esta historia. Tal vez él se dejó impresionar de la moderna y viciada ciudad, y descuidó el amor que un día profesó a su esposa e hijos, pero el tiempo le dejó ver que la vida pasa facturas y no nos vamos sin pagarlas...
Historia emitida 04/10/2015.
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