Nos escribió lo siguiente:
Buenos días lcda. Bexy. Le escribo para contarle mi historia de amor y a la vez pedirle su opinión acerca de lo que estoy pasando.
Conocí a un caballero chileno hace cinco años. Es gerente de una empresa a nivel nacional (venta de libros) por lo que hace visitas a las instituciones donde tiene contratos para saber cómo van los vendedores a nivel nacional. Cuando lo conocí, yo estaba con una amiga. Él se nos acercó, saludamos y empezó a hablar de la empresa a la que él representa. Mi amiga se interesó por un tomo, así que solicitó nuestro número de teléfono. En la tarde me llamó para hacerme una invitación a servirnos algo y conversar... ¡Él quería ser mi amigo! Yo acepté y determinamos una fecha. Aquel día, fuimos a comer. En ese primer encuentro me dijo que yo le gustaba.
Pasaron los días y nos hicimos enamorados. En el trato, sra. Bexy, no tengo queja alguna. Él siempre ha sido un caballero; me ha respetado y ha sido educado.
Él se hospedaba en Guayaquil y venía a verme a Portoviejo. Un día me dijo que quería hacer el amor conmigo, pero yo no quise así que me dijo:
—Bueno, si no quieres, no te obligo. Pero dime algo, ¿por qué no quieres?
Yo le contesté:
—Porque mi anhelo es hacerlo con la persona que va a estar a mi lado siempre... Tú no eres de aquí y te puedes ir como si nada.
Pero él replicó:
—Al menos te queda como recuerdo de haberlo vivido.
Aquella vez no pasó nada. Seguimos siendo enamorados pero a distancia. Nos empezamos a comunicar por correo y por teléfono también. Él siempre me ha invitado a su país.
—¡Ven a visitarme! —me suele decir.
Las tres veces que me he decidido a viajar, han existido contratiempos. Siempre algo pasa y el viaje se me hace nada.
Una ocasión que estábamos conversando, me pidió que abriera un perfil de facebook para chatear con él por esa vía, así que hace unos días lo hice, tal y como él quería. Uno de esos días, él estaba de cumpleaños, así que le envié varias frases, entre ellas una que decía «mi amor, ¡feliz cumpleaños! Te amo.», y le coloqué una imagen bonita. Pero él respondió: «mmm... plos». Confuso, ¿no? Así que lo llamé para aclarar ese mensaje que no lograba entender. Le pregunté por qué me había contestado así y él se quejó diciendo:
—¿Por qué abrió un facebook sólo para mí? No veo ningún familiar suyo y además lo ha creado con otro nombre, no con el suyo. En cambio en el mío yo sí tengo a mis amigos. Ellos piensan que su facebook lo he abierto yo (como para aparentar que tengo novia). No me creen que ha sido usted. No voy a negar que se pasó con el mensaje de felicitaciones, muchas gracias por eso. Igual la quiero.
Yo lo escuchaba por teléfono sin decir una palabra, entonces él continuó:
—¡Pero venga a mi país a conocer a mi familia! Y después, poco a poco la voy a presentar a todos —su voz era apremiante, luego cambió el tono a una mayor exigencia y molestia—: ¡Hágalo! ¡Siento que ha querido manejar dos cosas a su manera! Ha querido dañar mi reputación de soltero ante mis amigos (por lo del facebook) y no viene a mi país. ¡Le repito, la invito a que venga!
¡Estoy confundida! Primero me dice algo y después se siente tan inconforme y dice otra cosa. ¿Cómo puedo continuar con esta relación si su forma de ser es tan exigente conmigo? Ya no soy una adolescente, licenciada, soy una mujer hecha y derecha. ¿Entonces por qué me sucede esto?
Querida amiga... Aunque desconozco la edad que tenga, si usted se considera una mujer hecha y derecha, es hora de que ponga las cartas en la mesa y que aclare, tanto para usted misma como para él, si esa relación tiene futuro o no... Las distancias suelen complicar bastante las relaciones, si es que estas no tienen una base sólida en la cual construirse. Así que pregúntese a usted misma: ¿es esto lo que quiere? ¿Se siente completa con esas conversaciones a distancia y esos pequeños encuentros que se dan cuando él viene a su país?
Tal vez necesitan mejorar la comunicación entre ambos, porque existen tanto malentendidos que quedan sin aclararse cuando el orgullo y la inseguridad se permiten intervenir en la relación. Si siente que su amor es más grande que eso, ¡aventúrese! Pero asegúrese que esté pisando tierra firme..., porque su vida es preciosa como para dejarla que se hunda en arena movediza.
Y si estos consejos no le ayudan, ¡escuche a su corazón! ¡Preste atención a su mente! Y sobre todo, ¡permita que su alma se sienta en paz con las decisiones que vaya a tomar!
Historia emitida: 25/10/2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario