sábado, 14 de noviembre de 2015

5to programa: La pareja ideal.

¡Queridos lectores (y amigos oyentes)! Primeramente, les debo una disculpa por la demora en subir las historias de amor que relatamos en el programa del mismo nombre. Ha sido un tiempo desde la última actualización y aunque nos habíamos comprometido a subir cada uno de los relatos, les hemos incumplido.
¡Pero el día de hoy les traemos todos los que faltan!

La historia con la que comenzaremos fue relatada en anónimo por una fiel oyente del programa, que nos escribió lo siguiente:
Saludos efusivos, señora Bexy. En primer lugar, permítame felicitarla por su excelente programa. Créame, escuchando las anteriores historias, me he motivado a contarle la mía, aunque es algo corta...
En el año de 1981 (cuando yo tenía 21 años) conocí a un joven muy apuesto, educado y respetuoso. Nunca me trató de «tú», siempre fue «usted». 
Nos veíamos a escondidas porque mi padre era demasiado estricto con mis hermanos y no se diga conmigo que era su única hija mujer (soy la penúltima de mis hermanos).
La primera en enterarse fue mi mamá. Como sabía cómo era mi papá, me dijo:
—Hijita, por favor, termina esa relación. Tu papá jamás va a aceptar que tú estés enamorada.
En realidad no sabía qué hacer porque me había enamorado como nunca. ¡Amaba a ese hombre! Él también le tenía mucho respeto a mi papá porque sabía cómo era.
Un tiempo después, se enteraron mis hermanos y por último, mi papá. Un tío se lo había contado así que me torturó para que le confesara. Sin embargo, me aguanté los golpes y armándome de valor le dije que sí estaba enamorada, que no era nada malo, que él (mi enamorado) quería hacer las cosas bien; ¡quería casarse!
Esa noche mi papá se enfermó del coraje. No sabíamos qué hacer... A los tres días le mandé una carta al dueño de mi corazón contándole todo lo que había sucedido. Me respondió en otra carta diciendo:
—¿Sabe qué? No pasemos más tiempo. Pase lo que pase, nos seguiremos amando más y mamá. Voy a decirle a mi papá para armarnos de valor y pedir su mano en matrimonio. Me quiero casar como Dios manda... ¿Usted qué dice? Si me acepta, el próximo mes que mi papá llega de su viaje vamos a su casa. ¡Pase lo que pase, le juro que usted será mi esposa y la madre de mis hijos!
Cuando leí la misiva, yo temblaba sólo de pensar... Verlos llegar a mi casa y ver a mi papá enojado.
Para no hacer larga mi historia, él cumplió; cuando llego el papá, buscaron padrinos y vinieron a mi casa. Le confieso que nunca había sentido tanto miedo como aquella noche. El padrino que buscó era una persona muy amiga de mi familia, tanto que mi papá estimaba mucho a la de él. Aun así, yo no salía de mi cuarto, pero escuchaba cuando el amigo le decía a mi papá que mi enamorado lo había buscado de padrino para pedir la mano de su hija en matrimonio.
—Él es un buen muchacho con muy buenos sentimientos y quiere casarse con su hija.
Sin embargo, mi papá se levantó como queriéndole pegar a mi enamorado pero mi mamá lo detuvo del brazo diciéndole:
—¿Qué vas a hacer? ¡Por favor, tranquilízate! Es peor que nuestra hija se nos vaya si usted la niega en matrimonio.
Mi papá se sentó, dio un golpe en la pared y exclamó:
—Si supieran que es la niña de mis ojos... —luego miró a mi mamá y le dijo—: ¡Llama a esa sinvergüenza!
Mi mamá me llamó, pero yo no me atrevía a salir... Tenía mucho miedo. Cuando salí, saludé nerviosa con la cabeza agachada. Mi papá me preguntó:
—¿Cierto que estás enamorada de este señor?
Miré a mi enamorado y él me devolvió la mirada con angustia. Me arrecosté al lado de mi mamá y le respondí con voz muy baja:
—Sí, papá. Estoy enamorada.
Al escucharme, cerró los puños muy fuerte, suspiró y se quedó en silencio. Al rato, levantó la cabeza y dijo:
—Está bien, pero eso sí, caballero: no los quiero cerca de mí, porque donde usted maltrata a mi hija, ¡no sé qué le haría!
Así que, tres meses después, ¡nos casamos! Tuvimos cuatro hijos: dos mujeres y dos varones; y hasta ahora nos seguimos amando... Es un amor tan bonito; siempre nos hemos respetado, nunca nos hemos tuteado. La mayor parte del tiempo la hemos pasado juntos. Ya tenemos nietos y mi familia es toda una adoración. Es cierto que sufrimos mucho cuando éramos enamorados, pero de casados hemos vivido una vida llena de regocijo. Le doy gracias a Dios por la familia que tengo...
Si he de pedirle una o dos canciones que me hagan pensar en este amor, serían: «Quiero amarte», de Rafael (que hace un tiempo atrás él me la dedicó), y «La pareja ideal».

Una historia muy linda con un final feliz para ambos protagonistas, que nunca desistieron ante las oposiciones que existían para su amor...
Cierto es, que para nuestros padres, las mujeres somos las «niñas de sus ojos», «las princesas de papá» y que muchas veces esto los vuelve sobreprotectores cuando queremos dar el primer paso en la vida matrimonial... Hemos de comprender que ellos, como personas más experimentadas, lo hacen porque conocen de la crueldad que hay en el mundo que limita la puerta de nuestro hogar y que ante nuestros ojos enamorados es invisible. 
Nuestra amiga oyente se enamoró de una persona que desde el principio la respetó y que, hasta el día de hoy, la sigue cuidando y adorando como a un tesoro. Pero a muchas señoritas (y cabe recalcar que a los caballeros también les pasa) no les toca esa suerte... En este pequeño planeta, existen millares de personas con distintas personalidades, distintas culturas, distintas ideologías, distintas prioridades y siempre tendrán mucho para sorprendernos (así también como para asustarnos). Por eso papá y mamá se preocupan tanto del futuro de sus adorados hijos, que por tantos años estuvieron bajo el cuidado de sus enseñanzas; porque llegará el día en que liberarán ese abrazo protector para que sean otros brazos los que abriguen el corazón de su progenie...; porque para ellos no hay protección más cálida y fuerte que la de ellos. Pero algún día todos seremos padres, y nos tocará proteger, y nos tocará liberar, porque la vida se basa en amar aquí, presentes, en la calidez del hogar, y allá, a la distancia, en el nacimiento de una nueva familia.
Historia emitida: 11/10/2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario